lunes, 25 de noviembre de 2013

La ranitidina y omeprazol que tienen que ver con las enzimas

La ranitidina es un inhibidor muy débil de enzimas microsomales hepáticas, por lo que no se espera por tanto que se puedan producir interacciones medicamentosas. El mecanismo de la interacción es distinto que el de la cimetidina. La ranitidina forma ligandos complejos con el citocromo P450. Sin embargo, la ranitidina es entre 5 y 12 veces más potente que la cimetidina como antagonista en el receptor H2 y muestra una menor afinidad hacia el sistema enzimático hepático del citocromo P450, por lo que presenta un menor número de interacciones con otros fármacos que la cimetidina.

 La ranitidina está indicada en el tratamiento de desórdenes gastrointestinales en los que la secreción gástrica de ácido está incrementada. Sin embargo, en el tratamiento del reflujo gastroesofágico, los inhibidores de la bomba de protones parecen ser más efectivos que los antagonistas H2. El omeprazol es una base lipofílica débil con un pKa de 4, por lo cual a pH cercano a 7 se halla en forma no ionizada y puede atravesar membranas. En el pH ácido del estómago, en cambio, se halla en forma protonada, poco absorbible. El omeprazol es absorbido en intestino y alcanza la célula parietal gástrica a través de la circulación sanguínea. Allí, en los canalículos secretorios, es expuesto a pH menor que 2, convirtiéndose en la forma protonada. De esta manera, el omeprazol queda atrapado y concentrado a nivel de la célula parietal. El omeprazol como tal es inactivo, pero en el medio ácido es convertido rápidamente a su forma activa, una sulfonamida. Este metabolito se une a la subunidad alfa de la ATPasa, expuesta en el lumen, e inhibe a la enzima en forma irreversible. 

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